Bilbao Shemale Escort Review: Safira - Reventado for Safira
Autor: Asier007
Fue una tarde en Barcelona, tras el trabajo. No dejaba de mirar su perfil, y me sentia hipnotizado por esa cara de vicio y esa barra de chocolate, exultante, desafiante y publicitada con sus 23-24 cm de esplendor.
La llame 15 minutos antes de acabar de trabajar, y bingo! Estaba libre. Negociaciones de rigor y al tajo!
Un taxi me dejo en la puerta unos minutos mas tarde y como siempre hago, por no tomar el ascensor y encontrar algun vecino y por el ansia de llegar, subi las escaleras de 2 en 2.
Tras la puerta entornada se encontraba un monumento de mujer de piel oscura, con unos hombros bien definidos, un torso contenido en un corse de lencería negro, unas piernas largas y muslos estilizados, tan alta como yo (190cm), sin calzar tacones altos, que me sonreia con esa cara de vicio que tiene en sus fotos.
Me guió por un pasillo interminable hasta su habitación, enseñando y contoneando provocativamente un culo de infarto, que pedía a gritos ser devorado. Llegados al lugar de "trabajo", procedimos a unos primeros morreos. Su lengua, arrogante y desafiante me invadía hasta la garganta (quizà sería tan larga como su barra de chocolate?). Sus labios me cubrían media cara. El corsé dejaba vislumbrar unos pechos de buen tamaño, naturalmente blandos. Bajo un tanga negro diminuto empezaba a azomar su poderosa herramienta, que no tardó en mostrar todo su esplendor, tras mis primeros auxilios Sonrisa
Recta, palpitante, poderosa, desafiante (parecía decir: no ha habido, hay ni habrá ojete que se me resista!!!). El perderme dentro de su boca ya me habia puesto a cien a mi también, aunque lejos de mostrar semejante nivel de atributos.
Ya abandonados sobre la cama, iniciamos un largo 69, donde me dediqué a "un lavado de bajos" en toda regla", mientras mi polla desaparecía entre los carnosos labios de Safira. De vez en cuando me sacaba su miembro de la boca y me aporreaba la cara con ella, para sentirla aun mas. No pude resistir en adentrarme un poco mas abajo y investigar con mi lengua el centro de ese culo, y follarle el ojete en toda regla (regla: meter todo lo que se pueda de lengua dentro) una y otra vez. A cada embestida de mi lengua, notaba como su barra pasada de ser de hierro a acero galvanizado. Hasta parecía aumentar de temperatura!
Complaciente Safira me devolvió con aun mas ardor ese beso negro, abriendome el ojete con esa lengua que parecia tener vida propia. Me estaba llevando al extasis. Tenía todos los pelos de punta y la polla a punto de estallar.
Ante semejante tesitura, y para no acabar tan deprisa, le pedí cambiar. Ahora quería sentir, no su lengua, pero esos 24 cm de acero dentro de mí. Dicho y hecho. Se calzó un condón, abrió también una bolsita de lubricante, mientras me ponía boca arriba, con el culo sobre un cojín, con el corazón a mil, en espera de ser horadado. Me lubricó cuidadosamente, también se untó su ariete, y sin mas preambulos, enfiló el camino tan deseado, diciendome: vamos, ahora dame todo tu culito, y veras como vas a disfrutar de este juguetito. Damelo todo, porque lo necesito y me gusta ver desaparecer toda mi polla dentro de ti.
Despacio, despacio que duele - dije, y Safira aminoró el ritmo. Su barra era tremenda y mi culo no conseguía darle la bienvenida como se merecía.
Vamos a cambiar, le dije. Te voy a montar yo. Dicho y hecho. Se tumbó boca arriba, con su mastil apuntando al techo, y de cuclillas sobre Safira, poco a poco me senté sobre el mismo, sintiendome lleno como nunca lo habia sentido. Empecé a cabalgar, primero al paso, luego al trote y finalmente al galope tendido, sintiendome cada vez mas lleno y mi culo cada vez mas contento de dar cobijo a semejante huesped.
Lamentablemente Safira no parecía disfrutar mucho en esta postura y la dureza de su miembro se resintió.
Ahora me toca a mi, me dijo. Me hizo descabalgar, levantarme y ponerme contra la ventana. Me hizo inclinar un poco hacia delante y casi de un golpe me ensartó otra vez su miembro duro como el acero y empezó a bombear como si le fuera la vida en ello, cogiendome por los hombros y sintiendo sus embestidas hasta el estomago. Animal! Me vas a romper el culo! No voy a poder sentarme en una semana! Pero Safira estaba desatada y notaba la presión de sus dedos en mis hombros. Desatada, encendida, a cien. Notaba el calor de su barra de chocolate entrando y saliendo de mis entrañas, provocandome una flojera cada vez mayor, erizando toda mi piel, y notando como nuestros sudores se fundían en uno solo, provocando unos olores que nos excitaban aun mas.
Ante semejantes embistes y sintiendome un pelele bajo sus manos y con su miembro desgarrando mis entrañas, me corrí sobre la ventana sin apenas haberme tocado. Casi al mismo tiempo, Safira había salido de mi, se habia quitado el condón, y al girarme hacia ella y arrodillarme para reverenciar a semejante maravilla, descargó varias salvas de espeso semen sobre mi cara, labios y pecho. No pude sino chupar, limpiar, lavar con mi lengua su mirmbro palpitante y encendido, en muestra de agradecimiento total por semejante momento. Había sido brutal. Tenía el culo destrozado, el cuerpo lleno de semen, pero estaba feliz
Gracias Safira.
Nota: hablo de Safira Gang
Fue una tarde en Barcelona, tras el trabajo. No dejaba de mirar su perfil, y me sentia hipnotizado por esa cara de vicio y esa barra de chocolate, exultante, desafiante y publicitada con sus 23-24 cm de esplendor.
La llame 15 minutos antes de acabar de trabajar, y bingo! Estaba libre. Negociaciones de rigor y al tajo!
Un taxi me dejo en la puerta unos minutos mas tarde y como siempre hago, por no tomar el ascensor y encontrar algun vecino y por el ansia de llegar, subi las escaleras de 2 en 2.
Tras la puerta entornada se encontraba un monumento de mujer de piel oscura, con unos hombros bien definidos, un torso contenido en un corse de lencería negro, unas piernas largas y muslos estilizados, tan alta como yo (190cm), sin calzar tacones altos, que me sonreia con esa cara de vicio que tiene en sus fotos.
Me guió por un pasillo interminable hasta su habitación, enseñando y contoneando provocativamente un culo de infarto, que pedía a gritos ser devorado. Llegados al lugar de "trabajo", procedimos a unos primeros morreos. Su lengua, arrogante y desafiante me invadía hasta la garganta (quizà sería tan larga como su barra de chocolate?). Sus labios me cubrían media cara. El corsé dejaba vislumbrar unos pechos de buen tamaño, naturalmente blandos. Bajo un tanga negro diminuto empezaba a azomar su poderosa herramienta, que no tardó en mostrar todo su esplendor, tras mis primeros auxilios Sonrisa
Recta, palpitante, poderosa, desafiante (parecía decir: no ha habido, hay ni habrá ojete que se me resista!!!). El perderme dentro de su boca ya me habia puesto a cien a mi también, aunque lejos de mostrar semejante nivel de atributos.
Ya abandonados sobre la cama, iniciamos un largo 69, donde me dediqué a "un lavado de bajos" en toda regla", mientras mi polla desaparecía entre los carnosos labios de Safira. De vez en cuando me sacaba su miembro de la boca y me aporreaba la cara con ella, para sentirla aun mas. No pude resistir en adentrarme un poco mas abajo y investigar con mi lengua el centro de ese culo, y follarle el ojete en toda regla (regla: meter todo lo que se pueda de lengua dentro) una y otra vez. A cada embestida de mi lengua, notaba como su barra pasada de ser de hierro a acero galvanizado. Hasta parecía aumentar de temperatura!
Complaciente Safira me devolvió con aun mas ardor ese beso negro, abriendome el ojete con esa lengua que parecia tener vida propia. Me estaba llevando al extasis. Tenía todos los pelos de punta y la polla a punto de estallar.
Ante semejante tesitura, y para no acabar tan deprisa, le pedí cambiar. Ahora quería sentir, no su lengua, pero esos 24 cm de acero dentro de mí. Dicho y hecho. Se calzó un condón, abrió también una bolsita de lubricante, mientras me ponía boca arriba, con el culo sobre un cojín, con el corazón a mil, en espera de ser horadado. Me lubricó cuidadosamente, también se untó su ariete, y sin mas preambulos, enfiló el camino tan deseado, diciendome: vamos, ahora dame todo tu culito, y veras como vas a disfrutar de este juguetito. Damelo todo, porque lo necesito y me gusta ver desaparecer toda mi polla dentro de ti.
Despacio, despacio que duele - dije, y Safira aminoró el ritmo. Su barra era tremenda y mi culo no conseguía darle la bienvenida como se merecía.
Vamos a cambiar, le dije. Te voy a montar yo. Dicho y hecho. Se tumbó boca arriba, con su mastil apuntando al techo, y de cuclillas sobre Safira, poco a poco me senté sobre el mismo, sintiendome lleno como nunca lo habia sentido. Empecé a cabalgar, primero al paso, luego al trote y finalmente al galope tendido, sintiendome cada vez mas lleno y mi culo cada vez mas contento de dar cobijo a semejante huesped.
Lamentablemente Safira no parecía disfrutar mucho en esta postura y la dureza de su miembro se resintió.
Ahora me toca a mi, me dijo. Me hizo descabalgar, levantarme y ponerme contra la ventana. Me hizo inclinar un poco hacia delante y casi de un golpe me ensartó otra vez su miembro duro como el acero y empezó a bombear como si le fuera la vida en ello, cogiendome por los hombros y sintiendo sus embestidas hasta el estomago. Animal! Me vas a romper el culo! No voy a poder sentarme en una semana! Pero Safira estaba desatada y notaba la presión de sus dedos en mis hombros. Desatada, encendida, a cien. Notaba el calor de su barra de chocolate entrando y saliendo de mis entrañas, provocandome una flojera cada vez mayor, erizando toda mi piel, y notando como nuestros sudores se fundían en uno solo, provocando unos olores que nos excitaban aun mas.
Ante semejantes embistes y sintiendome un pelele bajo sus manos y con su miembro desgarrando mis entrañas, me corrí sobre la ventana sin apenas haberme tocado. Casi al mismo tiempo, Safira había salido de mi, se habia quitado el condón, y al girarme hacia ella y arrodillarme para reverenciar a semejante maravilla, descargó varias salvas de espeso semen sobre mi cara, labios y pecho. No pude sino chupar, limpiar, lavar con mi lengua su mirmbro palpitante y encendido, en muestra de agradecimiento total por semejante momento. Había sido brutal. Tenía el culo destrozado, el cuerpo lleno de semen, pero estaba feliz
Gracias Safira.
Nota: hablo de Safira Gang
Added on October 30, 2014 at 12:00 am