Bilbao Shemale Escort Review: Byanca Carvalho marca y posee a su nueva putita en Valencia.
Autor: pasivo_vicioso
Este es mi primer relato. No soy de compartir mis experiencias, pero creo que esta vale la pena.
Llevaba unos cinco meses sin tener relación con ninguna chica trans (la última, con la preciosa y gran travesti Fabiola Dione) y cuando vi que la Diosa travesti Byanca Carvalho visitaba la ciudad del Turia, me puse en contacto con ella. La semana del encuentro era la del puente de octubre, y al tener el viernes 13 libre, ya tenía la fecha de la cita.
Durante toda la semana nos cruzamos mensajes, así le pude explicar que quería y ella me entendió sin problema alguno.
Llega el viernes (yo más caliente que el palo de un churrero), duchita de rigor, y bien limpito a estar con nuestra Diosa.
Llego a Valencia, y cuando la aviso que en 15/20 minutos llego. Ya en la calle, la aviso y he de esperar (aún más) a que ella esté lista. Doy una vuelta a la manzana (excitado y nervioso, la opción de un café no era buena idea), y a los 5 minutos me avisa que ya está. Y para que vaya salivando, me envía una foto del conjunto que lleva puesto para mí: el corsé rojo de las fotos, liguero, tanga y medias de rejillas, todo en negro; rematan el conjunto dos zapatos rojo pasión con un tacón de vértigo. Detalles como ese hacen que la admire y desee aún más.
Edificio antiguo, sin ascensor, pero bien conservado. Subo al piso y me abre Bianca, cierra y me da un beso en los labios, me escupe y me suelta "si tantas ganas tienes de mí y mi polla, pónmela dura aquí", me coge de los hombros, me hace arrodillar, aparta el tanga y en el recibidor, me la mete en la boca. Empiezo a mi ritmo, pero a los pocos segundos empieza a follarme la boca con poca o ninguna compasión. Con su polla dura y bien babeada (he dicho que intentó meterla hasta el fondo?), pasamos a la habitación.
Le doy una cajetilla de tabaco (me da mucho morbo que fume mientras se la chupo), un detallito que le compré. Aun vestido me la vuelve a enchufar en la boca, sin contemplaciones, la saca, me golpea la cara con su trabuco, con una mirada de vicio y lujuria que pocas veces he visto en mi vida.
Me manda desnudar y ya en la cama, prosigo intentando darle placer con mi boca, chupando, lamiendo, degustando ese par de cojones tan sabrosos. He de decir que me hacía parar para escupir en la boca (y por la cara) y regalarme bofetadas: ¡sublime!
Cuando Bianca lo consideró, me ordena poner en la posición para sufrir su famosa "marca". Aguanté una vez hasta 7, y la otra hasta 10, me ahogaba, me tocaba la garganta (varios días la tuve tocada), tuve arcadas (me alegré de no haber comido nada desde la mañana), fue duro pero muy muy morboso.
Se sienta en una butaca en la esquina de la habitación, abre bien sus piernas. Enciende un pitillo y me ofrece su pollón. Arrodillado lo trago, está duro, curvado hacia arriba, con un sabor y olor que lo hacen irresistible a metértelo en la boca y eso hago, con gula, con ansia... Tengo el trabuco de esta Diosa de la lujuria en mi boca. Se acuesta en la cama, y me "ordena" que siga con mi boca, mientras ella prepara mi ano para poseerme (advertida estaba que me cuesta dilatar).
A cuatro patas sobre la cama, después de enfundarse, empieza a penetrarme, con delicadeza y paciencia. Noto la dureza de su pollón, como entra en mi ano, me duele, pero lo soporto, mientras noto como se introduce su barra de carne caliente y va venciendo la resistencia de mi ojete. "Ya la tienes toda dentro, puta", me dice, "mira enfrente al espejo y mira cómo te follo, putita" y poco a poco, empieza a moverse hacia dentro y fuera provocándome una sensación de placer/dolor que pocas veces he sentido. A los pocos minutos, ya con un ritmo mayor, hizo una cosa que me dolió horrores pero al mismo tiempo me encantó: con sus manos en mi cintura, estando recibiendo sus embestidas, (espero explicarme bien) paró y culeó circularmente con su pollón dentro de mi mientras me insultaba.
Cojín en mis riñones, piernas arriba y continuó percutiendo mi ano cual martillo neumático, mientras me escupía en la boca, recibía alguna bofetada y sus insultos. He de remarcar que en esa postura, mientras me enculaba me miraba a los ojos haciendo que el morbo se elevase a cotas muy elevadas. Tuvo que parar, ya que estaba a punto de correrse y quería darme mucho más.
Tras unos minutos de relax y charla amena, vuelta al "cuadrilatero" y me meto su polla (dura como una roca) en la boca, y ella se dedica a ahogarme y a gozar mientras elogia la estrechez de mi culo, ya que la hacía disfrutar.
Me ordena arrodillarme en el suelo, al lado del espejo, y se dispone a visitar mi ojete otra vez, enfundada de nuevo, me penetra sin dificultad, notando mi ano lleno como jamás he sentido. Empieza a embestir más fuerte que antes, me insulta, me da un par de azotes a mi culo, levanto la vista y me veo arrodillado con una amazona cabalgando mi culo en pleno éxtasis. Casi me corro sin tocarme ante tal chaparrón de estímulos. La Diosa travesti Byanca Carvalho me descabalga, y se acuesta en la cama. Me tumbo a su lado, me suelta, que está cachonda y quiere correrse. Chupo extasiado, con ganas de recibir su leche caliente en mi boca, me la vuelve a follar, obligándome a hacerle gargantas profundas, me llama putita, comepollas, me golpea la cara con su duro y caliente trabuco. A punto de correrse me avisa y suelta su deliciosa descarga cremosa en mi boca mientras yo me masturbo y me corro copiosamente al mismo tiempo que ella.
Byanca Carvalho, cuando vuelves por Valencia?
Este es mi primer relato. No soy de compartir mis experiencias, pero creo que esta vale la pena.
Llevaba unos cinco meses sin tener relación con ninguna chica trans (la última, con la preciosa y gran travesti Fabiola Dione) y cuando vi que la Diosa travesti Byanca Carvalho visitaba la ciudad del Turia, me puse en contacto con ella. La semana del encuentro era la del puente de octubre, y al tener el viernes 13 libre, ya tenía la fecha de la cita.
Durante toda la semana nos cruzamos mensajes, así le pude explicar que quería y ella me entendió sin problema alguno.
Llega el viernes (yo más caliente que el palo de un churrero), duchita de rigor, y bien limpito a estar con nuestra Diosa.
Llego a Valencia, y cuando la aviso que en 15/20 minutos llego. Ya en la calle, la aviso y he de esperar (aún más) a que ella esté lista. Doy una vuelta a la manzana (excitado y nervioso, la opción de un café no era buena idea), y a los 5 minutos me avisa que ya está. Y para que vaya salivando, me envía una foto del conjunto que lleva puesto para mí: el corsé rojo de las fotos, liguero, tanga y medias de rejillas, todo en negro; rematan el conjunto dos zapatos rojo pasión con un tacón de vértigo. Detalles como ese hacen que la admire y desee aún más.
Edificio antiguo, sin ascensor, pero bien conservado. Subo al piso y me abre Bianca, cierra y me da un beso en los labios, me escupe y me suelta "si tantas ganas tienes de mí y mi polla, pónmela dura aquí", me coge de los hombros, me hace arrodillar, aparta el tanga y en el recibidor, me la mete en la boca. Empiezo a mi ritmo, pero a los pocos segundos empieza a follarme la boca con poca o ninguna compasión. Con su polla dura y bien babeada (he dicho que intentó meterla hasta el fondo?), pasamos a la habitación.
Le doy una cajetilla de tabaco (me da mucho morbo que fume mientras se la chupo), un detallito que le compré. Aun vestido me la vuelve a enchufar en la boca, sin contemplaciones, la saca, me golpea la cara con su trabuco, con una mirada de vicio y lujuria que pocas veces he visto en mi vida.
Me manda desnudar y ya en la cama, prosigo intentando darle placer con mi boca, chupando, lamiendo, degustando ese par de cojones tan sabrosos. He de decir que me hacía parar para escupir en la boca (y por la cara) y regalarme bofetadas: ¡sublime!
Cuando Bianca lo consideró, me ordena poner en la posición para sufrir su famosa "marca". Aguanté una vez hasta 7, y la otra hasta 10, me ahogaba, me tocaba la garganta (varios días la tuve tocada), tuve arcadas (me alegré de no haber comido nada desde la mañana), fue duro pero muy muy morboso.
Se sienta en una butaca en la esquina de la habitación, abre bien sus piernas. Enciende un pitillo y me ofrece su pollón. Arrodillado lo trago, está duro, curvado hacia arriba, con un sabor y olor que lo hacen irresistible a metértelo en la boca y eso hago, con gula, con ansia... Tengo el trabuco de esta Diosa de la lujuria en mi boca. Se acuesta en la cama, y me "ordena" que siga con mi boca, mientras ella prepara mi ano para poseerme (advertida estaba que me cuesta dilatar).
A cuatro patas sobre la cama, después de enfundarse, empieza a penetrarme, con delicadeza y paciencia. Noto la dureza de su pollón, como entra en mi ano, me duele, pero lo soporto, mientras noto como se introduce su barra de carne caliente y va venciendo la resistencia de mi ojete. "Ya la tienes toda dentro, puta", me dice, "mira enfrente al espejo y mira cómo te follo, putita" y poco a poco, empieza a moverse hacia dentro y fuera provocándome una sensación de placer/dolor que pocas veces he sentido. A los pocos minutos, ya con un ritmo mayor, hizo una cosa que me dolió horrores pero al mismo tiempo me encantó: con sus manos en mi cintura, estando recibiendo sus embestidas, (espero explicarme bien) paró y culeó circularmente con su pollón dentro de mi mientras me insultaba.
Cojín en mis riñones, piernas arriba y continuó percutiendo mi ano cual martillo neumático, mientras me escupía en la boca, recibía alguna bofetada y sus insultos. He de remarcar que en esa postura, mientras me enculaba me miraba a los ojos haciendo que el morbo se elevase a cotas muy elevadas. Tuvo que parar, ya que estaba a punto de correrse y quería darme mucho más.
Tras unos minutos de relax y charla amena, vuelta al "cuadrilatero" y me meto su polla (dura como una roca) en la boca, y ella se dedica a ahogarme y a gozar mientras elogia la estrechez de mi culo, ya que la hacía disfrutar.
Me ordena arrodillarme en el suelo, al lado del espejo, y se dispone a visitar mi ojete otra vez, enfundada de nuevo, me penetra sin dificultad, notando mi ano lleno como jamás he sentido. Empieza a embestir más fuerte que antes, me insulta, me da un par de azotes a mi culo, levanto la vista y me veo arrodillado con una amazona cabalgando mi culo en pleno éxtasis. Casi me corro sin tocarme ante tal chaparrón de estímulos. La Diosa travesti Byanca Carvalho me descabalga, y se acuesta en la cama. Me tumbo a su lado, me suelta, que está cachonda y quiere correrse. Chupo extasiado, con ganas de recibir su leche caliente en mi boca, me la vuelve a follar, obligándome a hacerle gargantas profundas, me llama putita, comepollas, me golpea la cara con su duro y caliente trabuco. A punto de correrse me avisa y suelta su deliciosa descarga cremosa en mi boca mientras yo me masturbo y me corro copiosamente al mismo tiempo que ella.
Byanca Carvalho, cuando vuelves por Valencia?
Added on January 09, 2018 at 12:00 am